Se usa para decir que alguien está llenísimo de comida, con la barriga tan tensa que parece que va a explotar. Es esa sensación de haber comido de más y quedar medio inmóvil, arrepentido pero feliz. Básicamente es estar a reventar, como un tambor bien apretado que no aguanta ni un golpecito más.

"Chamo, después de esas cuatro arepas con pernil y la torta tres leches quedé como tambor, si me ofreces un tequeño más me reviento aquí mismo en la sala."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!