Se dice cuando alguien se mete solito en un lío o se complica la vida sin necesidad, como un carro que se va pa' la arena y después no hay quien lo saque. Es un aviso con cariño, tipo: no te busques ese problema. Muy de hablarlo en plan cotidiano, sin tanta vuelta.
"Chamo, no te metas en arena peleando con el vecino por el volumen del reguetón, que después te toca pedirle el favor pa' la luz."