Viene del quechua y significa sembrador, pero en la calle se usa para el que siempre anda sembrando chismes, malentendidos y cizaña por todos lados. Es el típico personaje que no puede ver algo tranquilo porque ya quiere meter su semillita de chisme. Y hay que admitir que la metáfora agrícola le da un toque buenazo.
"Ese Juan es un michiq de primera, ayer fue casa por casa metiendo chisme y ahora todo el barrio está peleado por su culpa, bien figureti el pata."