Expresión coloquial para decirle a alguien que deje de molestar, provocar o insistir con algo que ya cansa. Es como un aviso de que estás a punto de perder la paciencia y mejor que aflojen. Suena graciosa, pero cuando la sueltas suele ser porque ya te tienen hasta el moño, así que ojo con seguir pinchando.
"Tía, llevo todo el día currando y tú con la misma cantinela, no me toques las maracas que estoy a un paso de explotar"