Se usa para señalar a la persona que no cierra la boca nunca, que habla de más, mete la cuchara en todo y encima suelta cosas sin filtro. El típico que se sabe todos los chismes del barrio y los reparte como si fueran folletos. A veces cae pesado, pero hay que admitir que para el salseo viene de lujo.
"No le cuentes nada a la Caro, si es más ocicona que el viento fueguino, mañana todo Río Grande va a saber que te agarraste al jefe en el asado"