Se dice de alguien que anda en su mundo, medio colgado, o que va con un optimismo exagerado, como si todo fuera flores y pajaritos aunque se esté prendiendo fuego la cocina. Es una forma simpática de marcar que la persona no registra mucho o se pasa de buenita. Tiene ternura, pero desespera un toque.
"Mirá al Juancito, se pasa de primavera: le dije que se cortó la luz y me contestó que así vemos mejor las estrellas, mientras se le quema la tortilla."