En Trujillo se usa para hablar del pata que siempre tiene suerte, el que se mete en cada lío y aun así termina ganando algo o saliendo bien parado. Es como decir que es un imán para la buena suerte, casi da rabia pero igual uno se ríe porque parece cosa de brujería.
"Ese Juan es un pata de oro, se resbaló en el mercado, casi se saca la mugre y encima la casera le regaló una canasta de frutas por el susto, qué tal suerte tiene ese conchudo."