Se dice cuando alguien empieza a portarse raro, desatado o medio loco, como si hubiera perdido un tornillo y ya no pensara con tanta cabeza. Puede ser que se vuelva más fiestero, más imprudente o que haga cosas sin medir consecuencias. Es una forma medio burlona de decir que a la persona se le está yendo la olla.

"Desde que Juan ganó la lotería anda aflojando el tornillo, pura rumba en Cumaná, botando la plata en caña, parranda y hasta hablando de comprarse una lancha pa' irse a pescar todos los días."

¿Te gusta nuestro diccionario?

Además de rebuscar expresiones cañoneras, también contamos chistesitos.

Échale un ojo, si no te ríes en 10 segundos, te hacemos un descuento.

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!