En Colombia se usa para referirse a un niño o a un adolescente, casi siempre con tono cariñoso o medio regañón. Es como decir chiquillo, pelado, el mocoso del barrio. Suele usarse para hablar de los muchachos que andan correteando, haciendo ruido o metidos en alguna travesura. Y hay que admitir que suena bastante tierno.
"Esos pelaítos de la vecindad no paran un segundo, ya tumbaron la pelota al techo y ahora van dizque a rescatarla con una escalera prestada"
Forma bien cariñosa y muy panameña de referirse a un niño o a un joven, como decirle chiquillo, pelao o peladito, pero con ese tumbao del istmo. Se usa tanto para vacilar como para hablar con cariño, según el tono. Es de esas palabras que suenan suaves, pero si te la dicen regañando, sabes que la cosa se puso seria.
"Oye, ese pelaito del edificio se tiró del sofá con capa de superhéroe, casi tumba el televisor y todavía tiene cara de que quiere repetir la vaina."
Forma muy cariñosa y costeña para hablar de un niño o un pelado joven, casi siempre travieso, alegre y con energía para regalar. Se usa mucho en la Costa Caribe colombiana cuando el pelaíto anda corriendo por todas partes, inventando juegos raros y armando bulla, pero igual se le dice con cariño porque uno se derrite con esos enanos.
"Mira a ese pelaíto, lleva toda la tarde corriendo detrás de la buseta, comiendo bolis y gritando que va a ser más famoso que Falcao"
Forma cariñosa y casual de referirse a un amigo o conocido, generalmente alguien joven. Es como decir 'compadre' pero con sabor costeño.
"¡Ey, pelaíto! ¿Qué plan tenemos esta noche después del partido?"