Se usa de forma irónica para hablar de algo que es un desmadre total, un problema enorme o una cagada épica, pero lo dices como si fuera una tontería. Es como minimizar el drama cuando todo está ardiendo. Muy típico cuando ya no queda más que reírse de la desgracia, porque llorar ya cansa, y hay que admitir que suena bien sarcástico.
"Se cayó el sistema, perdimos toda la base de datos y el jefe está echando humo, pero tú tranqui, es un pequeño na' más, ahorita lo arreglamos con un reinicio mágico"