Se dice cuando alguien se echó un chorro de perfume o loción, pero a lo bestia, como si en vez de perfumarse estuviera pintando una pared con el olor. Suele ir con burla cariñosa, porque el aroma llega antes que la persona y se queda pegado en el aire un buen rato. Y sí, a veces marea.
"No manches, compa, nomás llegaste y ya se siente el perfume hasta la esquina. Te pintaste un mural bien machín, ni el aromatizante del baño pudo con eso."