Se dice para pedirle a alguien que espabile y preste atención, como un “ponte las pilas” pero con sabor cántabro. Vale para clase, curro o cuando te están contando algo importante y tú estás en Babia. Suena medio absurdo, y justo por eso entra sola. Úsala con confianza.
"Juancho, deja el móvil un segundo y pon la trucha, que el profe ya dijo dos veces lo que entra y luego lloras con el examen."