Se dice cuando alguien le mete demasiada intensidad a algo y lo vuelve un show. Puede ser por entusiasmo genuino o por querer llamar la atención, pero el punto es que se pasa de la raya y ya todo gira alrededor de esa persona. Es como echarle chile de más al caldo: pica, sí, pero ya ni se disfruta.
"En la posada, Juanito empezó con el karaoke y le puso sabor al caldo tan duro que acabamos cantando a grito pelado y la doña de al lado se asomó bien sacada de onda."