Se dice cuando alguien se pone en plan fino y cómodo, como si fuera príncipe o princesa, y pretende que los demás le resuelvan todo. Es quedarse echado, sin mover un dedo, mientras el resto suda la gota gorda. Va con burla, tipo: bájate de la nube y ponte a ayudar, mi rey.
"Nos fuimos a cargar las bolsas del mercado y el pana se quedó principeando en el aire acondicionado, pegado al sofá, como si tuviera servicio incluido."