¡Toma yuca!

Expresión bien venezolana, muy de Yaracuy, para cantarle a alguien el “ajá, por necio” cuando se mete en un peo por una mala decisión. Es un te lo dije, pero con sabor a burla cariñosa y un puntito de castigo. Se suelta cuando el plan sale mal y toca comerse las consecuencias. Y sí, pica sabroso.

"El pana se fue sin impermeable, cayó el palo de agua y llegó chorreando. Yo lo vi y le solté: ¡Toma yuca, chamo, pa’ que aprendas!"

Ancho'e lomo

Dicho yaracuyano para cuando alguien queda llenísimo, con la barriga inflada y el cuerpo pidiendo hamaca. Se usa después de una comilona brava o de pasar el día picando de todo, hasta que el pantalón empieza a apretar y uno camina como si llevara un tambor amarrado. Da risa, pero es real.

"Chamo, después de esa arepada con pernil y chicha quedé ancho'e lomo, el jean no cerró y me fui a la hamaca a morir un ratico."

Tirar pega

En Yaracuy se dice cuando alguien se pone a hablar y hablar, echando cuentos larguísimos, exagerando o metiendo labia sin parar. Es el típico que no suelta el tema y te tiene ahí pegado escuchando, como si estuviera vendiéndote la película. Sirve para vacilarlo un poco, pero con cariño.

"Llegó Juancho y arrancó a tirar pega con la pesca del siglo, que si el pez medía dos metros y que el río lo aplaudió. Mano, cállate un ratico, vale."

Trazarse una chiva

Se dice cuando te escapas a escondidas para hacer alguna vuelta, casi siempre con picardía y sin pedir permiso. Es el típico plan de salir calladito, como quien no quiere la cosa, para rumbear, ver a alguien o resolver algo. Suena bien yaracuyano y tiene ese toque de travesura que delata al culpable.

"Yo dije que me iba a dormir temprano, pero me tracé una chiva y me fui pa' la rumba. Cuando volví, mi mamá ya estaba en la puerta con cara de pocos amigos."

Salir volao

Se dice cuando alguien se va rapidísimo, casi que volando, porque tiene prisa o porque algo lo apura. Es como salir disparado, con el corazón en la boca y cero tiempo para despedidas. Muy de calle para contar que alguien agarró camino a toda mecha. Y sí, suena a cohete en los zapatos.

"Apenas vio que el autobús ya iba arrancando, Juancho salió volao pa' la parada, con el bolso brincando y sin chance ni de decir chao."

Echarse un solazo

Se dice cuando alguien se pone a tomar sol a lo loco, sin bloqueador ni vergüenza, y acaba bien tostado, rojo o quemado. Es típico de tardes de calor, plan playa, río o patio con una silla plástica y cero preocupación. No es precisamente recomendable, pero hay que admitir que la palabra suena sabrosa.

"Chamo, deja de echarte un solazo ahí en la acera, que mañana amaneces rojo y pelándote como si te hubieran hervido."

Principear

Se dice cuando alguien se pone en plan fino y cómodo, como si fuera príncipe o princesa, y pretende que los demás le resuelvan todo. Es quedarse echado, sin mover un dedo, mientras el resto suda la gota gorda. Va con burla, tipo: bájate de la nube y ponte a ayudar, mi rey.

"Nos fuimos a cargar las bolsas del mercado y el pana se quedó principeando en el aire acondicionado, pegado al sofá, como si tuviera servicio incluido."

Mula

En Yaracuy y en buena parte de Venezuela, decirle a alguien mula es llamarlo terco, necio o cabeza dura, como el animal que no se mueve ni a palo. Se usa en broma entre panas, pero también puede sonar medio picante si lo dices con mala cara. Vamos, que no cede ni aunque le reces.

"Chamo, deja la necedad, eres una mula: te dije que no había señal y tú igual querías pedir el Uber desde el monte."

Yuca mental

Se dice cuando alguien se queda hecho un lío, confundido o con la cabeza frita, como si el cerebro se te hubiera llenado de yuca y ya no procesara nada. Sirve para hablar de saturación mental, de no entender ni papa o de estar bloqueado. Suena bien criollo y exagerado, de esos que pintan la escena de una.

"El pana me explicó la vaina con mil fórmulas y yo quedé con una yuca mental brava, mirando la pizarra como si fuera chino y sin saber ni por dónde empezar."

Columpio de tampón

Se dice de alguien que vive en un sube y baja con la dieta o con un vicio, sobre todo con lo dulce. Un día jura que se va a portar bien y al siguiente cae otra vez, como si estuviera meciéndose sin parar. Es una forma burlona de decir que no aguanta la tentación ni dos días seguidos.

"Luis anda en columpio de tampón, mi pana: ayer juró cero azúcar y hoy lo vi bajándose una torta tres leches con refresco."

Guáramo

En Yaracuy, y en buena parte de Venezuela, tener guáramo es tener valentía, agallas y sangre fría para plantarte ante lo que venga. Se usa cuando alguien se atreve, no se achica y enfrenta una situación difícil sin temblarle el pulso. Es como decir que tienes carácter y coraje. Y sí, suena sabroso decirlo.

"Mamá, hoy le eché guáramo y le hablé a la chama que me gusta, porque si no, me iba a quedar como un gafo otra vez."

Atravesar el papelón

Se dice cuando te toca pasar por un momento bien incómodo o vergonzoso, de esos que te dejan sudando frío y con ganas de que te trague la tierra. Es como comerte un papelón público, con miradas encima y cero salida elegante. En Yaracuy se suelta para burlarse con cariño del bochorno ajeno o propio.

"En la bodega, el pana se puso a saludar a un tipo creyendo que era el primo y era un desconocido. Le tocó atravesar el papelón delante de todo el mundo."

Veranito

En Yaracuy se usa como apodo cariñoso para una gaseosa o refresco, sobre todo cuando está bien fría y te salva del calorón. Es de esas palabras que suenan a confianza, como de bodega de barrio y tarde pegajosa. No es formal ni universal, pero en su zona se entiende y entra suave.

"Chamo, pásame un veranito bien frío, que estoy sudando más que pollo en brasa y todavía me falta caminar hasta la parada."

Caerse a calle

Se dice cuando alguien se va a la calle a patear, a buscar ambiente y a meterse en la movida: chisme, rumba, panas y lo que salga. No es que se caiga de verdad, es más bien que se lanza a ver qué se consigue por ahí. Muy de andar activo y callejero.

"Ese pana no se queda quieto, se arregla, se echa perfume y se va a caerse a calle por San Felipe a ver qué se prende."

Echar un pie

En Yaracuy, si alguien te suelta que van a echar un pie, no es que te manden a trotar ni a caminar. Es salir a bailar un rato, pegarse unos pasos, vacilar con música y dejar que el cuerpo haga lo suyo. Se usa mucho en plan parche con panas, y suena bien sabroso, la verdad.

"Este sábado caemos pa' la plaza Bolívar, nos cuadramos unas birras y nos vamos a echar un pie hasta que amanezca, ¿te llegas o qué?"

Tomar bicho

En Yaracuy se dice tomar bicho cuando te vas a echar unos tragos, casi siempre ron o miche, con ganas y sin mucha ceremonia. No es una cata fina, es plan de panas, música y desestrés, a veces hasta perder la cuenta. Suena medio salvaje, pero justo por eso tiene su encanto.

"Este viernes nos vamos pa’ la rumba en San Felipe a tomar bicho con los panas, que suene la salsa y que el ron no se acabe."

Dejar tremenda cicatriz

Se dice cuando alguien la caga a lo grande y el daño queda ahí, como una marca que no se borra. No es una cicatriz literal, es el mal rato, la traición o el papelón que deja el ambiente raro y la confianza tocada. Aunque pidas perdón, ya quedó la huella. Y sí, suele doler más que un golpe.

"El bicho se puso a rajar del jefe en voz alta y era el jefe el que estaba detrás, dejó tremenda cicatriz en la oficina."

Vivir a lo yaracuyano

Dicho yaracuyano para hablar de llevar la vida sin prisa, con calma sabrosa y cero estrés. Es tomarse el día como venga, disfrutar la comida, echar cuento largo y no dejar que nada te amargue. No es flojera, es filosofía: bajar revoluciones y gozar lo simple, como si siempre fuera tarde de domingo.

"Deja ese corre corre, pana. Vente pa’ la casa, nos comemos una arepita y echamos cuento en el porche, que hoy toca vivir a lo yaracuyano."

Tabiquearse

Se dice cuando alguien se pega un tropezón o una caída bien aparatosa, de esas que te dejan viendo estrellitas y con el orgullo por el piso. Suele pasar por ir embalado, por andar distraído o por culpa de una acera traicionera. Es una forma graciosa de decir que te diste un buen golpe.

"Ayer en la cancha, Pedrito iba embalado, pisó mal y se tabiqueó durísimo. Se paró como si nada, pero ya le dejaron el apodo de El Arquitecto."

Estar pelao

Se dice cuando estás sin un duro, pelando bolas y contando las monedas del bolsillo. Vamos, que no tienes ni para el pasaje y te toca inventar. En Yaracuy se usa muchísimo para hablar de andar sin plata, a veces medio en broma, porque aquí la pelaera es casi deporte nacional.

"¿Ir pa' la rumba? Chamo, estoy pelao, hoy me toca ver Netflix prestado y cenar arepa con lo que aparezca."

estar pelando cables

Se dice de alguien que está diciendo disparates, medio ido o con la cabeza en cualquier lado, como si el cerebro hiciera chispas. Puede ser por confusión, por estar nervioso o por fumarse una idea rarísima. No siempre es insulto, a veces es puro vacile entre panas cuando alguien se pasa de creativo.

"Mariángela salió con que se va a Marte porque vio pasajes baratos en internet y el grupo quedó tieso: esta chama está pelando cables, pásenle un cafecito y quítenle el WiFi."

Surgir frito

Dicho bien yaracuyano para burlarse de alguien que se las da de importante sin serlo. Va de postureo puro, como caminar con ínfulas, hablar golpeado y creerse la gran vaina cuando en realidad no tiene con qué. Se usa para bajarle los humos a quien anda alzado y haciendo show por nada. Y sí, da risa.

"Mira a Juan Andrés surgiendo frito con esa moto que suena a licuadora, saludando como si fuera famoso y ni gasolina tiene."

Joder / estar jodiendo

En Yaracuy y en buena parte de Venezuela, joder o estar jodiendo es fastidiar, molestar o estar echando vaina cuando toca ponerse serio. Puede ser en plan broma o ya pesado, según el tono. Es una palabra fuertecita, pero súper común en la calle. Si te lo dicen, bájale dos.

"Deja de joder, chamo, y ponte a ayudarme a recoger este reguero, que mi mamá llega y nos arma un peo."

Tener el yugo

Se dice cuando alguien se prende de golpe y le sale una racha brutal de inspiración o de talento, como si se le hubiera activado un modo secreto. De la nada habla fino, resuelve, improvisa o se luce sin sudar. No es que sea magia, pero a veces parece. Ideal para vacilar al pana que hoy amaneció crack.

"Chamo, hoy Pancho tiene el yugo, se paró en la reunión y soltó el discurso de una, sin leer nada. Hasta el jefe se quedó loco y yo ahí, tragando seco."

Puño de arepa

Dicho para llamar a alguien tacaño nivel leyenda, de los que aprietan la plata como si fuera arepa recién hecha y no la sueltan ni con agua caliente. Vamos, que le duele pagar, invita cero y siempre anda buscando cómo zafarse de la cuenta. Suena muy venezolano y bien sabroso para vacilar al agarrado.

"Chamo, deja la ladilla: no seas puño de arepa y suelta pa' la gasolina, que siempre te haces el loco cuando toca pagar."

Tener el cambur lleno

Dicho bien venezolano para soltar, en plan chiste, que alguien está forrado, que le sobra la plata y anda viviendo como rey. Se usa mucho con burla o envidia sana, como diciendo que ya no sufre por nada. No es fino ni falta que hace, pero suena sabroso.

"Desde que a Pepito le cayó la herencia, anda con el cambur lleno y se la pasa invitando birras, pagando taxis y presumiendo la camioneta nueva."

Picar flor

Se dice de alguien que va por ahí coqueteando con todo el mundo, saltando de persona en persona como abeja en primavera. No es que se enamore, es más bien que le gusta el jueguito, la labia y dejar la puerta medio abierta en cada esquina. Puede sonar gracioso o medio criticón, según el tono.

"Mira a Juan, no termina una Polar y ya está picando flor con la mesonera y con la jevita de la mesa de al lado. Ese pana no descansa, chico."

Echadera de carro

Dicho bien venezolano para hablar de alguien que se la pasa echando carro: perdiendo el tiempo, haciéndose el loco o estirando las cosas a propósito. Es como ir en cámara lenta cuando todo el mundo anda apurado. Se usa mucho para reclamarle a un pana que no se pone las pilas y te deja esperando.

"Marico, apúrate pues, deja la echadera de carro. Por tu culpa se nos fue el bus y ahora toca caminar con este solazo hasta la parada."

Pelando el aire

Se dice de alguien que está pelando, o sea, sin un real y pasando trabajo. Va corto de plata, a veces hasta endeudado, pero igual se las ingenia para resolver y seguir en la movida. Muy de pana para describir al que anda limpio pero no se rinde. Duele, pero tiene su gracia.

"Mano, Luis anda pelando el aire durísimo, ayer pidió fiado hasta pa' la empanada y aun así cayó a la rumba como si nada, con su sonrisa y todo."

Jalabola

Persona experta en adular, hacer la pelota y sobarle las medias a quien haga falta con tal de quedar bien o sacar ventaja. No es que sea simpático, es que vive en modo lambón profesional. En Yaracuy se usa mucho para señalar al que se arrima al poder, al profe o al jefe con una sonrisa bien falsa.

"Mira a ese chamo, ayer odiaba al profe y hoy le llevó cafecito. Después no digas nada cuando lo pasen raspao, es un jalabola nivel Dios."

Lámpara

En Yaracuy le dicen así a la persona metiche que siempre anda pendiente de todo, se mete donde no la llaman y encima quiere opinar de cualquier vaina. Es como tener un reflector humano alumbrándote la vida entera. No es precisamente un halago, pero da risa cuando lo sueltan con confianza.

"Chamo, deja la ladilla, vale: tú sí eres lámpara. Apenas suena un ruido ya estás pegado a la puerta preguntando qué pasó y quién fue."

Amalear

En Yaracuy se dice cuando alguien anda tan enamorado que se le nota a kilómetros: camina distinto, sonríe solo y va como flotando, todo bobo y feliz. Es ese modo romántico intenso en el que cualquier cosa te parece bonita y hasta el sol te guiña. Vamos, que estás amaleando y ni disimulas.

"Chamo, desde que está con Carla, José anda amaleando por la plaza, sonriendo solo y saludando hasta a los perros."

Andar azulito

Se dice cuando alguien está pelando, sin un centavo, con la cartera en modo desierto total. Vamos, que andas tan limpio que ni para un cafecito alcanza. En Yaracuy lo sueltan mucho después de una rumba, una compra loca o cuando la quincena todavía está lejísimos. Duele, pero tiene su gracia.

"Nos fuimos de rumba tres días seguidos y ahora ando azulito, viendo si me fían una empanada hasta que caiga la quincena."

Vaina burda

En Venezuela, y muy de calle, se usa para decir que algo estuvo heavy, exagerado o fuera de lo normal. Puede ser buenísimo, malísimo o simplemente sorprendente, depende del tono y la cara que pongas. “Vaina” es cosa o asunto, y “burda” es el intensificador clásico: mucho, demasiado. Y sí, suena sabrosísimo.

"Chamo, la rumba de anoche fue una vaina burda, pusieron salsa, reguetón y hasta el vecino amargado terminó bailando en cholas."

Ser de la cofradía

Se dice cuando alguien ya es del grupo, del combo que sabe cómo se hacen las cosas de verdad. En Yaracuy se usa mucho en plan culinario, sobre todo con el sancocho, para marcar que ya pasaste la prueba y te ganaste el respeto. Suena medio secreto, como de iniciados, y tiene su gracia.

"Mano, ese sancocho te quedó brutal. Si lo haces así sin mirar receta, ya eres de la cofradía, chamo, te ganaste el puesto."

Ponerse burro

Se dice cuando alguien se pone terco, necio y no hay quien lo mueva de su idea. Es esa actitud de insistir tanto que ya parece que te quieren doblar el brazo, aunque sea por una tontería. Muy de regaño y de casa, y sí, a veces toca ceder para que se calme el burro.

"El pana se puso burro con que fuéramos a comer arepas a las 2 a. m. y terminó arrastrándonos a todos, porque cuando se tranca, se tranca."

Echar un gesto

En Yaracuy se dice cuando alguien te lanza una mirada o una mueca bien marcada, casi siempre de fastidio, desaprobación o puro juicio silencioso. No hace falta decir nada, con el gesto ya te dejaron claro el mensaje. Es ese “ajá, ¿y tú qué?” que te atraviesa y te pone en tu sitio.

"Llegué tarde a la reunión y el jefe ni habló, pero me echó un gesto que me dejó frío. Yo me senté calladito y me puse a trabajar como si nada."

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