Algo que es demasiado obvio o evidente. Se dice cuando alguien intenta pasar desapercibido pero falla estrepitosamente.
"¡No seas tan lámpara con esa camisa de colores chillones en la fiesta sorpresa, vas a arruinar el plan!"
En Ecuador se dice que algo está lámpara cuando es demasiado llamativo, medio ridículo o sospechosamente extravagante. Puede ser la pinta de alguien, una actitud o una situación que resalta tanto que ya roza lo raro. No siempre es insulto directo, pero sí es como decir que la cosa está pasada de show, y la verdad es que suena genial.
"Loco, viste al pana llegar en limusina rosada con fuegos artificiales, DJ y todo el combo, qué lámpara ese man, parecía videoclip de reguetón barato."
En Trujillo se dice que algo está lámpara cuando la situación está peligrosa, tensa o con mala vibra, como que puede pasar algo feo en cualquier momento. Se usa mucho hablando de barrios bravos, fiestas que se descontrolan o movidas turbias. Es como una alarma verbal para que abras bien los ojos y no te confíes.
"Oe causa, no te metas por esa avenida a esta hora, está bien lámpara, mejor agarramos taxi antes que nos afanen"
En Yaracuy le dicen así a la persona metiche que siempre anda pendiente de todo, se mete donde no la llaman y encima quiere opinar de cualquier vaina. Es como tener un reflector humano alumbrándote la vida entera. No es precisamente un halago, pero da risa cuando lo sueltan con confianza.
"Chamo, deja la ladilla, vale: tú sí eres lámpara. Apenas suena un ruido ya estás pegado a la puerta preguntando qué pasó y quién fue."
En Áncash decirle a alguien lámpara es llamarlo figureti, alguien que siempre quiere brillar, presumir sus logros y estar en el centro de todo. Es el típico que no pierde chance de contar su hazaña por décima vez. No es un insulto mortal, pero sí un jalón de orejas con bastante sorna y un toque de burla cariñosa.
"Oye, ya pues, no seas tan lámpara, desde ayer estás contando cómo casi te haces famoso por salir dos segundos en la tele del canal local."