Se dice cuando te escapas a escondidas para hacer alguna vuelta, casi siempre con picardía y sin pedir permiso. Es el típico plan de salir calladito, como quien no quiere la cosa, para rumbear, ver a alguien o resolver algo. Suena bien yaracuyano y tiene ese toque de travesura que delata al culpable.
"Yo dije que me iba a dormir temprano, pero me tracé una chiva y me fui pa' la rumba. Cuando volví, mi mamá ya estaba en la puerta con cara de pocos amigos."