Se usa para quejarse cuando algo está pesadísimo, lleno de trabajo o esfuerzo y te deja molido. Es como decir qué paliza o qué trabajal, sobre todo cuando el calor pega duro o la cosa está bien enredada. Suena muy de la calle y a veces hasta da risa cómo uno se lamenta, aunque por dentro vaya sufriendo.
"Mirá vos, el jefe quiere que archive estos papeles, atienda clientes y todavía haga café, todo antes de las once... qué macaneo, loco, si ni el Chapulín se anima a tanto."