Se dice cuando alguien se queda sin un peso, pelado de plata, después de gastar de más o de que le salga un chasco. Es como quedar en ceros, sin para el bus ni pa' un tinto. La imagen es buena: un huerto vacío, sin nada que recoger. Duele, pero pasa.
"Parce, entre la rumba, el taxi y la empanada de madrugada, me quedé huerto, hoy me toca fiar el tinto y caminar."