Expresión bien cusqueña para hablar del esfuerzo, las ganas y la dedicación que hay que meterle a algo para que salga bien. Se usa para todo, desde aprender quechua hasta conquistar a tu crush. Es como decir que nada cae del cielo y que si no le pones querer hijito, no pasa nada, por más que reces.
"Oye, si de verdad quieres tocar charango como los maestros, tienes que meterle querer hijito, no solo tomarte fotito con el instrumento para el Instagram."