Se dice cuando te quedas pasmado, embobado o en modo estatua al ver a alguien que te encanta. Es ese segundo en que el cerebro se te apaga, la boca se te queda abierta y no reaccionas ni aunque te hablen. Muy de flechazo fulminante, de los que te dejan en ridículo rico. Pasa y da risa.
"Apenas la vio entrar a la fiesta con su vestido rojo, se raptoñó feo y se quedó parado como poste, ni se dio cuenta que pisó el charco y todos se mataron de risa."