Se dice cuando alguien solo se pone las pilas a último segundo y aun así zafa o la rompe. Es el típico que no hace nada en todo el cuatri y, cuando suena el timbre o ya lo están apurando, recién ahí rinde de verdad. Va con cariño y un poquito de palo, porque vivir al límite cansa.
"El vago no tocó un apunte en todo el mes y, cuando ya estaban por cerrar el aula, se mandó alto parcial. Siempre rinde por el timbre."