Se dice cuando alguien se pone coloradísimo del coraje o la vergüenza, como si le subiera el calor a la cara. En Campeche lo sueltan para pintar que la persona está bien encendida, a nada de explotar o de soltar el regaño del siglo. No es literal, pero se entiende clarito.
"Le dije al profe que se le olvidó revisar mi tarea y se puso rojo vivo, hasta empezó a hablar rapidito y a manotear como si fuera pleito."