En Cantabria se usa sestar para decir que te has pegado una buena leche, un trompazo serio, normalmente por torpe o por ir flipado. Suena casi fino, pero en realidad describe una hostia de las que se comentan en el bar varios días. Es de esas palabras que hacen menos drama del golpe, aunque te hayas quedado tieso del susto.
"Íbamos bajando del monte a lo loco y me sesté contra una piedra, chaval, todavía estoy buscando los dientes por el sendero."