Expresión bien futbolera que se usa cuando el árbitro anula un gol que ya todos estaban gritando. Por extensión, también se dice cuando te bajan un logro que dabas por hecho, como un aumento, un viaje o un planazo que se cae de la nada. Es como que ya estabas festejando y de repente te apagan la fiesta sin aviso.
"Boludo, me habían confirmado las vacaciones en enero y ayer recursos humanos me llamó para tachar el gol porque cerraron el cupo, me quería morir mal."