En Bolivia se dice taper al clásico recipiente de plástico donde va a parar todo lo que sobró del almuerzo, la cena y hasta el cumpleaños de la abuela. Es casi un deporte nacional llenar tapers y luego olvidarlos en la heladera hasta que se vuelven experimento científico. Y hay que admitir que tiene su encanto caótico.
"Mi mamá tiene un taper con ají de hace tanto que ya le decimos el abuelo ají, pero igual nadie se anima a tirarlo porque capaz todavía sirve para un piqueo"