En Canarias se dice cuando alguien se pilla una rabieta de las buenas, normalmente un crío, pero también vale para un adulto dramatizando a lo grande. Es ese berrinche de pataleo, morros y quejas como si le hubieran arruinado la vida por una tontería. Suena muy de casa y tiene su puntito.
"El pibe quería ir a la playa y empezó con la perreta porque estaba nublado, montó el numerito en el coche y mi tía ya iba por la autopista echando humo."