Se dice cuando alguien va a recibir una buena bronca o una reprimenda por haberse pasado de listo o haberla liado. Viene de la idea de corregir a alguien como antes, con el típico tirón de orejas, pero en versión verbal. No es que te arranquen nada, pero el rapapolvo te lo comes igual.
"Como llegues otra vez tarde y encima sin avisar, mi ama te va a tirar de las orejas y te deja fino, fino."