En Santa Cruz se usa para hablar del acto de chusmear la vida ajena, ya sea asomándose literalmente a la ventana o metiendo las narices en conversaciones que no son tuyas. Es la típica curiosidad chismosa de barrio, cuando alguien no aguanta las ganas de saber qué pasa. Y hay que admitir que a veces es hasta entretenido verlo.
"Estábamos pelando a medio edificio y la vecina de la esquina se mandó su ventaneada, se asomó toda sapita y luego fue a regar el chisme por todo el barrio."