Se dice cuando alguien anda atontado, lento o medio ido, como con la cabeza en algodón. Puede ser por un guayabo bravo, por no haber dormido nada o por un susto que te dejó desubicado. No es que estés enfermo, es que andas en modo zombie y se te nota en la cara. Y sí, da risa verlo desde afuera.
"Chamo, después de esa rumba y el guayabo que me cayó, amanecí zurumbático, me serví café en el plato y ni me di cuenta."