En Cusco se le dice aguajero a la persona que habla bonito, promete el oro y el moro y al final no cumple nada. Es el típico que se llena la boca ofreciendo favores, fiestas o regalos y cuando llega el momento se hace humo. Mucho floro, cero acción. Y hay que admitir que a veces da risa verlo chamuyar.
"No le creas a ese aguajero, ayer juró que caía con chelas, pollo a la brasa y hasta DJ, y hoy se aparece solo con su cara y una bolsa de pan duro."