Se usa cuando alguien se mueve con mucha cautela, ya sea hablando o actuando, para no mandarse una cagada ni despertar quilombo. Es como ir midiendo cada paso porque sabés que el terreno está jodido y cualquier cosa puede explotar. Muy de cuando querés zafar de un reto, una discusión o un problema feo.
"Cuando la profe le preguntó por qué no entregó el trabajo, el pibe empezó a andar despacito por las piedras, tirando excusas tranqui para que no lo mande directo a marzo."