Expresión muy típica del sur de Chile para invitar a alguien a compartir un rato relajado tomando mate, conversando de la vida, pelando un poco y cagándose de la risa. No es solo la bebida, es todo el momento de confianza y buena onda que se arma alrededor del termo y la bombilla.
"Oye, después del almuerzo nos echamos un matecito en el patio, te cuento los cahuines de la pega y los dramas de la vecina sapísima."