En el Valle del Cauca se dice cuando alguien monta un desorden sabroso: bulla, risas, relajo y todo el mundo alborotado, normalmente en una fiesta, una reunión o en la calle. No es necesariamente pelea, más bien es armar el vacile a lo grande. Si hay vecinos, seguro terminan puteando.
"La reunión estaba muerta y, apenas llegó Juan con el tambor, armó tremenda recocha: gritos, baile y hasta la tía terminó perreando en la sala."