Se usa para describir cómo quedas después de mezclar copete sureño con paseo en barco por los canales, o cualquier combo patagónico que te deje mareado, con caña y medio arrepentido. Es como estar hecho bolsa versión Aysén, con frío, viento y la dignidad flotando por ahí. Y hay que admitir que el nombrecito tiene su encanto trágico.
"Hermano, anoche mezclé navegado, pisco y paseo en lancha, hoy ando tan Aysén-roto que hasta el huemul del cartel me mira con pena"