Se le dice al que se pone de bocón a lo grande: habla duro, se agranda, promete vainas imposibles y arma show, casi siempre con unos tragos encima. Es como un “buchón” pero en modo exagerado, de esos que se creen el más bravo y al rato andan pidiendo cacao. Tiene su gracia, pero cansa rápido.
"Pana, deja el buchonazo: te tomaste tres rones y ya andas diciendo que vas a pagar la cuenta de todos, y ni el taxi tienes pa' devolverte."