Apodo cariñoso para alguien testarudo o con ideas fijas, en plan colegueo.
"Deja de ser cabeza de mango y vente pa'l río, hombre, que la vida es corta."
Dicho en plan broma para llamar a alguien distraído, olvidadizo o medio volado, de esos que dejan todo tirado y a los cinco minutos ya no se acuerdan ni dónde. No es un insulto pesado, más bien una cargada entre patas cuando alguien anda en la luna. Suena bien norteño y bien de confianza.
"Ya pues, cabeza de mango, te dije que guardes el celular en el bolsillo con cierre y aun así lo dejaste en el taxi. Mañana te amarro una cuerdita, ¿ya?"