En México se usa para hablar de un negocio pequeño y medio improvisado, como tiendita, puesto o local donde se vende de todo y siempre hay chisme. En Puebla suena mucho para esos lugares de barrio donde compras garnachas, refrescos, cigarros sueltos y hasta te fían si ya te conocen. Es humilde, pero tiene su encanto.
"Ahorita vengo, voy al changarro de la esquina a ver si doña Pelos me fía unas chelas y de paso me entero del chisme del vecino que se quedó sin gas."