Se dice cuando alguien se pone a darle durísimo a algo, casi siempre a estudiar o chambear, porque ya le agarró la prisa y lo dejó para el final. La imagen es bien gráfica: estás tan metido y tan estresado que hasta se te anda escurriendo el moco. Suena feo, pero describe perfecto el modo supervivencia.
"Me confié todo el semestre y hoy ando chorreando el moco con el proyecto, café en mano y con la compu echando humo."