Exclamación bien ecuatoriana que sirve para casi todo: sorpresa, molestia, frustración o hasta admiración, según el tono y la cara que pongas. Es como el comodín emocional de la sierra y más de uno la suelta sin darse cuenta. Suena suave, pero se nota que viene de un cabreo elegante, y hay que admitir que tiene su encanto.
"¡Chuta, ñaño! Iba tarde al camello, se me dañó el bus, me mojé con la lluvia y encima el jefe me dice que llegue más temprano mañana"