Expresión muy usada para hablar de echarse la siesta después de comer, o quedarse raja durmiendo un buen rato. Es como decir que bajas la cortina y te desconectas del mundo, cero señal, cero drama. Suena tan gráfico que hasta dan ganas de clavar el toldo solo de escucharlo, y hay que admitir que tiene su encanto sureño.
"Compadre, después del curanto y las chelitas me clavé el toldo en el sillón, roncando tan fuerte que ni los perros del pasaje me pudieron despertar."