Se usa cuando alguien anda feliz, satisfecho y bien relajado con la vida, como después de pegarse una buena comilona, recibir una buena noticia o echarse un chisme sabroso con los cuates. Es esa sensación de estar lleno por dentro, no solo de comida, también de buena vibra. Y la verdad, suena bien cursi pero tiene su encanto.
"Entre las baleadas del mercado, el chisme con la mara y el cafecito de la abuela, ando con el corazón contento que ni el tráfico de Tegus me lo quita."