En Cúcuta y alrededores le dicen cúster al bus pequeño, de esos que van reventados de gente y parecen latas con ruedas. Es el típico transporte urbano que hace mil paradas, suena a todo menos a motor y uno siente que con un hueco más se desarma. Y aun así, ahí va todo el mundo montado, porque toca.
"Parce, el cúster venía tan lleno que casi me toca ir colgado de la puerta, parecía que si se subía una abuelita más nos volteábamos en la primera curva."