Se usa cuando alguien insiste tanto con un tema que acaba siendo un auténtico tostón. Puede ser porque te echa la bronca, porque repite lo mismo mil veces o porque no se calla ni debajo del agua. Vamos, que te machaca la cabeza a base de pesadez y al final te arrepientes de haber preguntado.
"Mi madre lleva toda la tarde dándome la tabarra con que recoja la habitación, que parece una cuadra y que así no entra ni el Espíritu Santo."