Se usa en la costa para hablar de meterse al mar desde el malecón, casi siempre de forma improvisada y sin mucha parafernalia. Es como decir que te vas a dar un chapuzón rápido para refrescarte, despejar la mente y botar el estrés del día. Suena relajado, playero y la verdad es que provoca nada más escucharlo.
"Chamo, estoy reventado, vamos a echarnos un bañito de malecón en La Guaira y después nos comemos una empanadita con malta bien fría."