Dicho coloquial para referirse a echarse una siesta cortita, de esas que te reinician el cuerpo cuando el calor aprieta y ya no te da la vida. No tiene nada que ver con cortar nada, es más bien apagar un rato y volver fino. Muy de mediodía, hamaca y sombra.
"Chamo, después del pabellón me eché una tijera de diez minutos y quedé nuevo, ya puedo seguir en la calle sin derretirme."