En Corrientes embicharse es meterse en un lío feo, quedar enredado en un asunto chusco o en una situación incómoda de la que es difícil zafar. Puede ser por chusma, por calentón o por metido, pero el resultado es el mismo: quedás pegado al bardo y después cuesta un huevo desarmar todo el embrollo.
"Te dije que no te metas con la vecina casada y mirá, ahora te embichaste mal y el barrio entero está chusmeando el quilombo que armaste."
En Santa Fe embicharse es ponerse re manija con algo, casi siempre con el fútbol. Es cuando estás tan nervioso y ansioso que no podés quedarte quieto, caminás por toda la casa y te pica el cuerpo como si tuvieras bichos encima. Es esa mezcla de sufrimiento y emoción que te deja al borde del infarto, pero que igual te encanta.
"Me re embiché en el clásico, caminaba de la cocina al living, puteaba al árbitro y casi apago la tele cuando se comió ese gol hecho."