Expresión muy chilena para decir que alguien está medio ido, confundido o desorientado, como con la cabeza en otra parte. Se usa cuando la persona no cacha bien qué hacer, se equivoca en cosas simples o anda lenta para reaccionar. Es como estar en piloto automático y con cero coordinación, y la verdad es que a todos nos pasa.
"Después del carrete del finde, la Cata llegó a la pega al tres y al cuatro, se equivocó de piso, saludó al jefe equivocado y hasta mandó el informe en blanco por correo masivo."
Se usa para decir que alguien está en la ruina, sin un peso, contando las monedas para llegar a fin de mes. Es como estar tan quebrado que ni siquiera alcanzas al cinco, vas derechito al tres y al cuatro. Suena chistoso, pero cuando te toca en carne propia no tiene ni una gracia.
"Hermano, después de pagar el arriendo y la tarjeta quedé al tres y al cuatro, esta semana puro pan con vienesa y té en tarro nomás."