En Risaralda se usa para decir que alguien tiene un hambre brutal, de esas que uno se come hasta lo que no es de uno. Es como estar muerto de hambre, con unas ganas de comer que asustan. También puede usarse para exagerar un poco, porque a la gente le encanta el drama cuando habla de comida.

"Parce, llegué de la U como a las tres, estaba como lobo y me bajé dos bandejas paisas y todavía pregunté si quedaba arepa por ahí."

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