Se usa para decir que alguien tiembla muchísimo, ya sea de miedo, de frío o de nervios, igual que una hoja cuando la zarandea el viento. Es la típica frase que suelta tu abuela cuando te ve castañeteando los dientes. Es muy gráfica y un pelín dramática, pero oye, por eso mismo tiene su encanto.
"Cuando el profe dijo que el examen valía el 80 % de la nota, me quedé como una hoja delante de la pizarra, con las piernas bailando claqué del susto"
Se dice cuando alguien está temblando un montón, ya sea por el frío, por los nervios o por puro canguelo. La imagen es la de una hoja moviéndose sin parar con el viento, toda inestable. Es una forma muy gráfica de decir que estás hecho un flan, y la verdad es que se entiende a la primera.
"Vente pa dentro, neniño, que estás como una hoja con este nordés del demonio, al final vas pillar una tiritona que ni la manta de la abuela te salva."